Sabia que tomaba este posadero, bastante alejado del nido (en época de cría hay que tener sumo cuidado en no molestarlas), y después de cuatro horas aproximadamente, escondido en un hide de fabricación casera, con ramas y con la red de camuflaje, se dejó ver para apenas unas fotografías, nada de ráfagas, una a una y dejando tiempo por medio, estaba a unos 5 metros de mí, bueno ni que decir tiene que me vine contento por las dificultades y teniendo en cuenta que solo una pareja es la que habita por esos lares, un lugareño me informó que en años anteriores se veían más.
Ya de vuelta y con el Sol poniéndose, los trigales ya secos me dejaron a la vista autenticas pinturas naturales, que yo humildemente intenté fotografiar. 04/06/2012
Bonita serie, Cándido. Enhorabuena.
ResponderEliminarbuenas fotos de la carraca, bien aprovechado el momento, y bien por esas medida para evitar molestias en el nido saludos
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